¿Obligas a tu hijo(a) a comer aun cuando el dice que no?

¿Cuántos nosotros como papás les obligamos a comer? a pesar de que ellos nos dicen ¡No! Y en el sentido de querer lo mejor para ellos intentamos ofrecerles más y más?, muchas veces sin ser necesario…

Mi mamá nos hacía acabarnos el plato entero, -decía- no veo ¿por que mi hijo no pueda hacerlo?, ¡él debe comer de todo!,- ¿Como que no se va a comer el tomate? “Aquí mando yo”-. Son tantas las expresiones que no solo como papás decimos hacia nosotros mismos, sino que también ellos escuchan y que derivan en comportamientos que ya no solo tienen que ver con el hábito correcto de comer, si no que de convierten en caprichos y berrinches. “El ejemplo más cercano siempre seremos nosotros”.

Cuándo los niños deben acabar de comer

El momento de la comida o de la cena debe ser agradable y tranquilo, y no un campo de batalla. No podemos confundir nuestros hijos con los robots o con algo programado para comer siempre y cuando deseemos los padres. Si conocemos bien a nuestro hijo, sabremos qué tipo de comida le gusta, y en qué cantidades. Así, estaremos educando a él a establecer y reconocer cuándo su organismo está satisfecho.

Otra cosa muy distinta es cuando los niños comen a toda prisa para continuar jugando. Eso sí, creo que no debemos permitir. También debemos educarlos en la forma de comer y de portarse en la mesa. Su estómago lo agradecerá. Por último, solo recordar que lo más importante no es la cantidad y sí la calidad en la alimentación de los niños. Es necesario que ellos coman bien y eso no quiere decir que sea mucho. Obligar a los niños a comer más de lo que realmente necesitan puede provocar problemas como la ansiedad, y de digestión. Lo mejor es que seamos prudentes y pacientes.

Estos son algunos de los motivos por los cuales no debes obligar a los niños a comer cuando no lo desean

Partiendo de esta base, es muy difícil determinar cuánto debe comer nuestro pequeño, pero lo que sí es mucho más evidente es que nunca, bajo ningún concepto, hay que obligar a comer a los niños.

1- Obligar a un niño a terminarse la comida que se pone en su plato, es obligarle a comer más de lo que necesita. Puede darse el caso de que sea una comida que el niño come gustoso, y acceda de buen grado, aun sin ganas, a terminarse el plato, dándonos la sensación de que si quería comer y si tenía hambre, cuando en realidad no es así. Es conveniente escucharles y respetar sus decisiones.

2- Mediante esta actuación estamos consiguiendo hacer de la hora de la comida una pequeña tortura diaria, así el niño cada vez llegará con menos ganas y nosotros con menos paciencia, afectando a la relación padre-hijo.

3- Hacer del acto de comer un momento desagradable afecta a las connotaciones sociales del propio acto, pudiendo afectar a la manera de relacionarse y de socializar del pequeño.

4- Teniendo en cuenta que los hábitos alimentarios se establecen durante la infancia, obligar a un niño a terminarse la comida del plato está estableciendo unos hábitos inadecuados. Estamos haciendo al niño ignorar sus instintos e incitándole a establecer una rutina muy poco saludable, terminarse el plato, que puede ser el primer paso hacia la obesidad.

De hecho, los estudios más recientes establecen que el sobrepeso se empieza a labrar en la infancia, y cada vez más niños lo sufren, siendo este, junto con el sedentarismo, uno de los principales motivos, aunque no el único.

5- Obligando a comer al niño estamos dándole a entender que es normal que sea otra persona la que toma decisiones sobre su cuerpo, enseñándoles que no son ellos los que tienen el control y que es aceptable que un adulto tome decisiones por ellos.

Estamos limitando su autonomía, lo cual les frena a la hora de tomar decisiones, en este caso sobre su alimentación, encubriendo y reprimiendo las señales de saciedad de su propio cuerpo, de nuevo favoreciendo el sobrepeso y allanando el camino hacia la obesidad.

Lo mejor que podemos hacer es observar a nuestros hijos, ofrecerles porciones adecuadas según lo que observemos, y respetar que sus necesidades pueden variar de un día a otro. Si la oferta de alimentos es saludable, con alimentos de alta densidad nutricional, nuestros hijos sabrán cuánto comer para cubrir sus necesidades.

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